Biblioteca Ignoria

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Recortes literarios - Una antología

31 may 2024

César Bruto - El prínsipe Hamlet o sea El loco de dinamarcA

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César Bruto - El prínsipe Hamlet o sea El loco de dinamarcA


(Novelisasión básica de la linda y hermosa obra)


1. En un lugar de dinamarcA, de cuyo nombre no hase falta acordarse, vibía hase miles y miles de ánios un prínsipE de nombre Hámlet, el cual estaba lo más contento en companía de su padrE y su madrE, esperando la hora de quedar heredero y subir arriba del tronO como manda la leY.

2. Pero un día vino la desgrasia a desparramar la semilla de la trajedia por aquel paíX: ¡el rey fue encontrado completamente muerto en el jardín, con lo cual el prínsipe Hámlet quedó huérfano de padrE y hijo único de madrE viuda! Y como las desgrasias nunca vienen solas, apenas pasaron 2 meses del lutuoso acontesimiento, ¡páfate que se casa la reina viuda con un hermano del rey muerto, o sea con su cuniado, o, mejor dicho, con el tío del prínsiperederO...

3. El asombro, la ira, la desmoralisación, el espanto y la fiebre de Hámlet eran tan grandes que no le cabían en el cuerpo, como se dise. -¡Cómo! -disen que desía el triste príncipe-. ¡Resulta que mi madre que juraba quererlo a mi viejo para toda su vida, apenas se muere el tipo se sale casando con ese degenerado de porquería..! ¡Ha, si es para venirse loco de la cabesa!

4. Así andaba el pobre desgrasiado (sin ofender), cuando una noche se le presenta el viejo rey muerto, pero en forma de espetro o fantasmA, ques la única manera legal que puede salir un muerto de noche. Y encontrándose con Hámlet, el espetro padrE le dijo lo siguiente: "Te tengo que contar algo gordo, hijo mío: resulta de que a mí me asesinaron endemientras dormía en el jardín, poniéndome un veneno en la oreja, y quel miserable, canália, bandido, crápula y sinvergüensa que cometió ese crímen es nada menos que tu tío, el porcachún que se casó con tu madre, o sea mi propia viuda..."

5. Hámlet estuvo a punto de morirse al conoser la notisia. Pero no se murió y pudo seguir escuchando las palabras del destacado espetro: -Quiero de que vos me vengués, Hanlesito, hijo mío... A ese osurpador le tenés que dar un escarmiento...

-¡Ho, sí padrE, te lo juro por la luz que me alumbra! ¡A esos 2 canálias los voy a traspasar de punta a punta!

A lo cual le corrijió el fantasma: "No, Hámlet, no! A tu madre la tenés que respetar, dejándola vibir, porque yo quiero que sufra mucho, pero que nunca muera... ¡Al que tenés que liquidar es al perro de mi hermano!", y después de desir tales y cuales palabra, el espetro sesfumó, dejando al pobre Hámlet en un estado de postración, decaimiento y debilidá insuperable.

6. Desde aquel día, el jóben prínsipe enpesó a haserse el loco, no sólo para pasarla bien, sino para que nadie le liebara el apunte y lo dejaran tranquilo endemientras preparaba su vengansa. Endemientras, para pasar el tiempo, el muchacho siguió afilando con la ofeliA, una presiosa jobensita de los alrededores, la cual era hija de un tal poloniO (destacado olfa del rey) y hermana de un muchacho laerteS, muy amigo de Hámlet y contenporáneo del mismo.

7. El asunto con la ofeliA marchaba mitá bien, porque la muchacha sentía el romanse con Hámlet, y mitá mal, porque tanto el padre como el hermano le desían que el prínsipe era un loco de la gran flautA, que no le convenía como marido y que nunca más la querían ver conversando con él y menos que resibiera regalitos por más prinsipescos que sean. Con ese motivo se disen varias cosas, y la obra sigue adelante.

8. Un día, resulta que vienen unos artistas de teatro a dinamarcA, y entonses Hámlet los contrata para dar una funsión con una obrita que él mismo escribe, la cual obra cuenta el caso de un rey questando durmiendo en el jardín de su casa lo matan poniendolé veneno en la oreja; y el que lo mata es su hermano en combinasión con la propia esposa del asesinado... ¡Flor de indirecta para el reY! ¿No?

Al presentarse la obrita adelante de todos los del palasiO, el reY se pone pálido como un esqueleto y se va a su piesa desconpuesto, quedando entonses Hámlet convensido de quel tipo es el criminal sin vuelta de hoja. Muy enojada, la reina manda buscar a su hijo para desirle de que sestá portando muy mal de conducta al dar esos dolores de cabesa a su tío el reY, pero entonses Hámlet se chincha y le canta unas cuantas frescas a su madrE, refregándole por la cara todas las chanchadas que hiso, ya sea complicándose con el criminal y después casándose con ese mostruo... En mitá de la discusión, Hámlet se da cuenta que hay alguien escondido atrás de una cortina, y lo ensarta con la espada pensando ques el rey, pero al mirar la cara del muerto sencuentra con poloniO, el papá de la ofeliA su noviesita linda, y de laerteS el jóben amigo de su corasóN.

Como si todavía fuera poco lo que pasa, resulta que la ofeliA se viene loca al saber la muerte de su viejo, y un día que sale a cosechar flores se refala serca del río y se haoga como si estuviera sana. Enseguida se hase el entierro, adonde viene Hámlet y su amigo horasiO, y allí tiene un canbio de palabras con el hermano de la ofeliA, por cuestiones del momento, y los 2 se quedan resentidos el uno contra el otro y vesiversa.

9. El rey criminal y desaforado lo quiere matar a Hámlet y entonses hase un canpeonato despadA entre susodicho y laerteS, dándole al hermano de la ofeliA una espada envelenada en la punta, o sea en el lugar más peligroso para el contrario. Todo el mundO se presenta a mirar el encuentro amistoso, y los 2 jóbenes muchachos se tiran espadasos sin tocarse, porque ambos 2 son inteligentes, no sólo en la cuestión de tratar de pinchar al contrario sino en sacar el cuerpo cuando viene la punta enemiga, lo cual tamién es un artE, y lo mismo pasa en el boseO, adonde además de ser buen pegador el tipo tiene que saber esquivar las tortas rivales en todos sus aspebtos.

10. Hámlet y laerteS están dale que dale ¡chas, chas, chas! con sus sendas espadas, hasta que una desas laerteS le pega un pinchasito envenenado al pobre prínsipe de dinamarcA, el cual dándose cuenta de que la espada de su amigo tiene punta afilada se la quita y le mete una cuchillada más bien grande que chica... En ese momento, la reina madre pega un grito disiendo: "Estoy envenenada, estoy envenenada".

11. ¿Lo qué había pasado? Había pasado de quel rey granuja, por no desir otra cosa, puso veneno en una copa de vino para darle a Hámlet si el muchacho ganaba el canpeonato de espada, y no sabiendo nada la reina del asunto, se tomó el vino y reventó como se meresía por chancha... Antes de morirse, laerteS le cuenta a Hámlet lo de la espada envenenada, disiéndole que la idea fué del rey miserable... Y entonses ni corto ni peresoso, Hámlet se tira contra su altesA reaL y lo traspasa de lado a lado... con lo cual queda muerto laerteS, queda muerto el reY, queda muerta la reinA y el hijo del reY tamién...

12. Al ver semejante estropisio el amigo de Hámlet, o sea horasiO, tamién quiere matarse, pero el prínsipe hase un esfuerso y le dise estas presiosas y últimas palabras: -No... vos no te matés, horasiO... Vos te... tenés que quedar... vibo para... escribir esta historia... para que la polisíA sepa... la verdá... toda la verdá... y nada más que la verdá... del asunto... y no sea que salgan... condenando a algún inosente... ¡Adiós horasiO!

A lo cual el jóben horasiO le contestó: -¡Adiós, adiós, querido prínsipe...!

Juana Bignozzi - Educada en el vicio de los hombres

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Juana Bignozzi - Educada en el vicio de los hombres

voy a la cocina y me siguen

voy al baño y golpean la puerta

me despiertan en la noche para preguntarme si duermo

llaman por teléfono en todas mis ciudades

para avisarme cuidado con el vino y la vida literaria

no he perdido padre ni tíos ni ahijado ni amigos de juventud

por no perder no he perdido ni editor

ni ese hombre

que ya sombra aún cuida mi paso en las esquinas


no me han dejado caer de su mano de su vicio

de su peso de mi corazón

29 may 2024

Jorge Luis Borges – Mensaje, moralejas…

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Jorge Luis Borges – Mensaje, moralejas…

Es muy común que vengan a verme periodistas y me pregunten: “¿Y cuál es su mensaje?”. Y yo les digo que no tengo ningún mensaje —los mensajes son propios de los ángeles, ya que ángel significa mensajero en griego—, y yo ciertamente no soy un ángel. Kipling dijo que a un escritor puede estarle permitido inventar una fábula, pero que no le está permitido saber cuál es la moraleja. Es decir, un escritor escribe para un fin, pero realmente el fin que busca es esa fábula. Yo me imagino que aun en el caso de Esopo —o de los griegos que llamamos Esopo—, le interesaba más la idea de animalitos que conversan como si fueran seres humanos que la moraleja de la fábula. Además, sería muy raro que alguien empezara por algo tan abstracto como la moraleja, y llegara después a una fábula. Parece más natural suponer que se empiece por la fábula. Desde luego que las literaturas empiezan por lo fantástico. Bueno, y en los sueños —que vienen a ser una forma muy antigua del arte—, en los sueños no estamos razonando; estamos, bueno, creando pequeñas obras dramáticas.

Borges – Ferrari, Diálogos

27 may 2024

Roland Barthes - La arrogancia

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Roland Barthes @Daniel Boudinet


No le gustan para nada los discursos de victoria. Como no tolera la humillación de nadie, en cuanto se anuncia en alguna parte una victoria, siente ganas de irse a otra parte (si fuese Dios, trastocaría continuamente las victorias –¡que es, por otra parte, lo que hace Dios!) Ya en el plano del discurso, la victoria más justa se convierte en un mal valor de lenguaje, en una arrogancia: esta palabra, encontrada en Bataille, quien habla en alguna parte de la arrogancia de la ciencia, la ha extendido a todos los discursos triunfantes. Sufro, pues, tres arrogancias: la de la Ciencia, la de la Doxa, la del Militante. 

La Doxa (palabra que aparecerá a menudo aquí), es la Opinión pública, el Espíritu mayoritario, el Consenso pequeño-burgués, la Voz de lo Natural, la Violencia del Prejuicio. Se puede calificar de doxología (palabra de Leibnitz) toda forma de hablar que se adapta a la apariencia, a la opinión o a la práctica. 

Lamentaba a veces el haberse dejado intimidar por lenguajes. Alguien le decía entonces: ¡sin embargo, sin eso, usted no hubiese podido escribir! La arrogancia circula como un vino espeso entre los convidados del texto. El intertexto no abarca sólo textos delicadamente escogidos, secretamente amados, libres, generosos, discretos, sino también textos comunes, triunfantes. Usted mismo puede ser el texto arrogante de otro texto. 

No sirve de mucho decir "ideología dominante", pues es un pleonasmo: la ideología no es otra cosa que la idea en tanto que domina (PIT, 53). Pero yo puedo enriquecerlo subjetivamente y decir: ideología arrogante


En Roland Barthes por Roland Barthes


Isaías Garde - Lectura y comentario del relato "Final del juego" de Julio Cortázar

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Coordina Isaías Garde

Para participar de los encuentros de lectura:

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También pueden seguir la actividad en los siguientes canales:

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26 may 2024

Silvina Ocampo - Hablo con Borges

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Silvina Ocampo - Hablo con Borges

Los ojos se parecen a las lágrimas

por la forma que toman al caer.

Míralas, tan atentas y visibles.

Te haré un collar de lágrimas alegres

y en cada piedra la fidelidad.

¿Por qué alegres? Hubieras preguntado,

y yo, siguiendo tus palabras, digo

para ser cursi, con una sonrisa.

No toques el collar: anida el mundo

con otras cosas que no morirán,

como los pensamientos que te mando.

No morirá el adiós que me dijiste,

ni tampoco “Silvina no me olvides”,

ni morirá mi “Nunca olvidaré”.

Estarás viendo lo que nadie ve,

lo que viste del mundo transmitido

por algunos cristales milagrosos

donde se ve lo que uno quiere ver,

lo que nos enseñaste a descubrir,

el tan rosado rosa de una rosa,

el cielo cuando se hunde en las tinieblas

sin tela, sin pintura, sin pincel,

llevándose el color verde del pasto,

la fuerza del silencio en la palabra,

esa palabra que no dice nada,

ese silencio que tampoco dice,

esa muerte que dice muchas cosas,

y así me pierdo en el inalcanzable

mar cruel de los reflejos ya sin fin

que hoy se miran, transmiten lo indecible,

la promesa tal vez de algún proyecto...

25 may 2024

Esteban Peicovich - Jardín botánico

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Esteban Peicovich - Jardín botánico

Curvado como el mundo

un hombre relee en el periódico

lo nada nuevo sucedido en el espejo

después de Cristo.

En la inmovilidad de la luz

Una rosa está a punto de no ser.

Y cae.

La historia natural acontece

en el instante en que vuela la ceniza

de su cigarro

y los ojos se le olvidan en la lectura

inútil.

Invisible, la biblia de hojas verdes

bate el aire, perfuma, murmura,

y por lo bajo anuncia

la única noticia posible.

24 may 2024

Jorge Luis Borges - El rey de la selva

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Jorge Luis Borges - El rey de la selva
Tigre dibujado por Borges a los cuatro años

(Redacción escolar de Borges,  Buenos Aires, 1912 Firmado bajo el seudónimo Nemo)

En lo más espeso del bosque donde los frondosos árboles extendían sus ramas y los altos bambúes crecían, corría un arroyuelo de límpidas aguas. Aunque el sitio era apacible y fresco, ningún animal se aventuraba ahí, sabían que tras el ramaje estaba la caverna del gran tigre, del Rey de la Selva, del tiránico señor de los bosques.

El enorme tigre se alzó pausadamente y abriéndose paso, entre el ramaje que obstruía la entrada de su cueva se internó en el bosque. Al cabo de una hora se encontró frente a un gran claro rodeado de pinos en cuyo centro había una laguna. El Rey de la Selva se agazapó tras un árbol, era media noche y esperaba que algún animal viniese a saciar su sed. Pasó un rato… de pronto en medio del silencio de la noche oyó un rugido y vio una larga pantera negra que se acercaba.

Se miraron… un nubarrón obscureció la luna, y durante diez terribles segundos sólo se oyeron los gruñidos y el jadeo de la lucha. Pronto se disipó el nubarrón y la luna iluminó una espantosa escena. La pantera yacía al borde de la laguna, los crueles ojos abiertos todavía y agitando su larga cola como una víbora. Con una garra sobre su pecho y la otra levantada para ultimar la pantera, estaba el tigre, excitado hasta el frenesí por el olor a sangre… y ocurrió una cosa extraña, nunca vista… del negro ramaje partió algo brillante, una flecha, la primera que al hundirse en un tronco de árbol paralizó a la fiera con la sorpresa de lo inesperado… El Rey de la Selva olfateó a su alrededor, agachó la pesada cabeza y volvió lentamente a su guarida, penetró en el rincón más obscuro y pronto estuvo profundamente dormido… Amanecía, los rayos del sol penetraron oblicuamente en la cueva del Rey de la Selva; éste oyó de pronto ruido fuera… ¿Quién era el audaz que se aventuraba en su dominios?… Se irguió pesadamente e iba a saltar cuando por segunda vez una larga flecha relampagueó ante sus ojos y vino a enterrarse en su rayado pelaje. El tigre lanzó un fuerte rugido y vio en la entrada de la caverna la silueta extraña de su adversario. Era un ser débil, pequeño, envuelto en una sangrienta piel negra, ¡un hombre!

El Rey de la Selva se agazapó, fijó su feroz mirada en el intruso, reunió sus fuerzas, y saltó. Diez pasos separaban a los adversarios, otra flecha se hundió en el ancho pecho del Rey de la Selva, quien lanzó un terrible rugido: el rugido de la fiera vencida. Y cayó… sangriento cadáver, a los pies del hombre…



23 may 2024

Perros de paja

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Perros de paja

Cielo y tierra son implacables;

para ellos las Diez Mil cosas no son sino perros de paja.

El Experto también es implacable;

para él, las personas no son sino perros de paja.

Sin embargo, Cielo y Tierra y todo lo que hay entre ellos

semejan un fuelle

en que, aunque está vacío, provee de un suministro que nunca decae.

Úsalo, y más surgirá.

En cambio la fuerza de las palabras se disipa pronto.

Mucho mejor es preservar lo que esta en el corazón.


Tao Te King V (Sobre la versión de Arthur Waley)

Alberto Laiseca - El recuerdo de tu sonrisa

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El rocío aumenta el peso de mi túnica.

Alberto Laiseca - El recuerdo de tu sonrisa


El sueño danza lejos de mí

ignorando la entrada que le proponen mis ojos.

Sin embargo es preciso que descanse esta noche,

pues mañana deberé cruzar ese desierto de bambúes de arena.


Casi no tengo agua,

pero el recuerdo de tu sonrisa

puede cambiar la desesperación y el destino.


(Cho Tang. Dinastía Chin)


En Poemas chinos

22 may 2024

Néstor Perlongher - Tuyú

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Néstor Perlongher - Tuyú

La historia, es un lenguaje?

Tiene que ver este lenguaje con el lenguaje de la historia

o con la historia del lenguaje /

en donde balbuceó /

tiene que ver con este verso?

lenguas vivas lamiendo lenguas muertas

lenguas menguadas como medias

lenguas, luengas, fungosas:

este lenguaje de la historia / cuál historia?

si no se tiene por historia la larga historia de la lengua


Cuentan

en un fogón:


Ña-Rudecinda

no roció el apero el ánima?

no se hizo jabón el chajá?


(Gauchos fundidos, con sus lenguas de vaca, con sus trancas con sus coyundas y sus rastras

Gaucho fundido: él clava sus espuelas en el dorso — fundido — de la lengua, como atrapado en una vizcachera)


A unos kilómetros de San Clemente, en el Tuyú

está la tumba de Santos Vega, adonde acuden las toninas

y los surfistas en sus jabas, sobre las olas de cristal

Roto cristal, tercas toninas de la historia: van

donde los arponeros con sus garfios: van

donde los zafarranchos cachan: donde fundido el gaucho

saca el facón y se disgracia:

era la historia, esa disgracia!

disgracia de yacer en el Tuyú, de un yacer general

Los caníbales en ese cristal las rudas olas asaetan;

y tú, en esa pereza de la yertez, no jalas?

Jalas de crestas cristalinas y empenachadas? 

21 may 2024

Alberto Laiseca - Sociedades esotéricas

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Alberto Laiseca - Sociedades esotéricas

Ambos pertenecían a una Sociedad Esotérica de sólo tres miembros, a la cual habían puesto el nombre megalómano de Sociedad de los Setenta Guerreros. Tal denominación se elaboró con fines invocatorios. Según decían, quizá en esa forma lograsen aumentar su reducido número. Eran tres, como ya se dijo: Coco el Maestro, Coquito el discípulo, y una tercera persona nebulosa e inaccesible —a quien sólo el Maestro podía visitar— llamada Súper Coco, o Súper a secas. Estaban enemistados con otra Sociedad de ocultistas denominada El Círculo Caucasiano de las Treinta y Tres Tizas. Esta sí que era una agrupación poderosa: una multitud de cuatro, por lo menos. Se combatían día y noche con una industria digna de mejor causa. No les quedaba tiempo —tanto a unos como a otros— más que para sus luchas. Así, pues, por lo general, las Sociedades Esotéricas sólo sirven para combatir entre sí.

En De mi bastón salen jingles

20 may 2024

Ida Vitale - Hojas naturales

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Ida Vitale - Hojas naturales

Arrastro por los cambios un lápiz,

una hoja, tan sólo de papel, que quisiera

como de árbol, vivaz y renaciente,

que destilase savia y no inútil tristeza

y no fragilidad, disoluciones;

una hoja que fuese alucinada, autónoma,

capaz de iluminarme, llevándome

al pasado por una ruta honesta: abiertas

las paredes cegadas y limpia

la historia verdadera de las pintarrajeadas

artimañas que triunfan.

Hoja y lápiz, para un oído limpio,

curioso y desconfiado.

19 may 2024

Julio Cortázar - La ciudad

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Julio Cortázar - La ciudad

El río baja por las costas

con su alternada indiferencia

y la ciudad lo considera

como una perra perezosa.

Ni amor, ni espera, ni el combate

del nadador contra la nada.

Con languidez de cortesana

mira a su río Buenos Aires.


El tiempo es ese gris compadre

pitando allí sin hacer nada.


En Papeles inesperados

15 may 2024

Edgar Bayley - Los mismos

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Edgar Bayley - Los mismos

Están muy altas las ramas de ese árbol

pero ascendemos por el aire

por la fragancia

hasta ser los mismos

que el recuerdo y la luz hospedan


la misma enredadera

el mismo búho

reciben la mirada

la palabra que entonces ofrecimos


y la pasada unión

pero el alba

en el silencio de la playa

del bosque antiguo nos desprende


renacemos con el gallo y la tórtola

en tierras distintas

y el agua del arroyo nos lleva de la mano

al móvil reposo


ahora claramente veo

la circular andanza

la puerta de aquel día

la estela azul y la fugaz victoria

estuvo todo bien

está muy bien


por el sendero desciende un leñador

hasta el arroyo

y nos saluda

14 may 2024

Javier Adúriz - El nadador

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Javier Adúriz - El nadador

Las últimas piletas son agrias. Llueve

tanto o más de lo pensado, aun

cuando los jazmines revienten

y las enredaderas se aúpen a los árboles.

Creeme…, no se puede creer. Los huesos

hablan y el animal afina por debajo

una canción indescriptible. Igual,

no se quiere dejar de sonreír.

Hay algo en los recuerdos, vale decir,

en el seco ahora, en el puro y desaforado

ahora, que no importa demasiado

si el resto se vuelve confuso y breve,

fragmentario. Lo interesante está aquí,

en este aquí del tiempo, aunque la casa

finalmente esté sola… o vieja… o devastada.